· 

DÍA 31. MEDITACIÓN. DHYANA.

 

ॐ Día 31: MEDITACIÓN. DHYANA.

 

Parece que hemos llegado al final de esta etapa del viaje. Aún nos queda mucho camino por recorrer, puesto que el que hemos iniciado, es un viaje eterno, un viaje que nunca acaba.

 

Podríamos decir, que todo lo que hemos venido haciendo hasta ahora, tenía como fin este momento, el momento de la meditación. Y es que en Yoga, el objetivo de todo lo que hacemos debería ser este, el encuentro con uno mismo, a través de la práctica meditativa.

 

Cada día son más los estudios y las personas que pueden dar fe de los beneficios de la meditación. Pero si tengo que apelar a mi experiencia con la meditación, tendría que decir, que al menos para mí, es tal vez la parte a la que más me ha costado llegar.

 

Hay muchas formas y muchas técnicas de meditación, yo te recomendaría, que si aún no has encontrado una que te funcione, que sigas probando, hasta que encuentres aquella que a ti te sirva, o aquella con la que te sientas cómoda o cómodo.

 

Si no consigues centrarte, no desesperes, es lo que suele ocurrir, sobre todo al principio. Si te despistas, date cuenta de ello, se consciente de lo que ocurre y vuelve a tu respiración de forma amable.

 

Buen día y feliz práctica.

 

Om Shanti

 

 

 

ॐ Día 31: Práctica

 

MEDITACIÓN. DHYANA.

 

Comenzamos en postura de meditación, con las manos sobre los muslos en alguno de los mudra que hemos visto hasta ahora: Gyan mudra (palmas hacia abajo, pulgar e índice se tocan por la punta) o Jñana Mudra (igual que Gyan mudra con las palmas hacia arriba).

 

Ve prestando atención a tu respiración, siente cómo se hincha el abdomen cada vez que inspiras y como se deshinchas con cada espiración.

 

Después de varios ciclos respiratorios, cada vez que inspires, visualiza como una corriente de luz blanca, brillante sube por tu columna vertebral, por sushumna nadi. Desde la tierra, hasta la coronilla.

 

Con cada espiración, visualiza como esa corriente de luz blanca brillante, desciende desde tu coronilla hasta la base de tu cuerpo en la tierra.

 

Puedes igualar los tiempos de inhalación y de espiración, de modo que la duración de la luz al subir, sea la misma que al bajar.

 

Después de realizar varias respiraciones de este modo, fija tu atención en un punto de tu entrecejo. Imagina que hay un triángulo en este punto.

 

Cuando inspires dibuja con tu imaginación el borde del triángulo que va desde la ceja derecha hasta el vértice.

 

Al espirar dibuja el borde que va desde el vértice hasta la base del triángulo en la ceja izquierda.

 

En apnea espiratoria, recorre la base del triángulo hasta llegar de nuevo a la ceja derecha.

 

Realiza varios ciclos respiratorios de esta forma.

 

Deja tu respiración libre, que se suceda sin que tú intervengas en ellas.

 

Si ves que te despistas o empiezan a llegar pensamientos, puedes seguir centrándote en tu respiración o en el punto del entrecejo en el que habíamos colocado un triángulo imaginario.

 

Cuando te apetezca, poco a poco, ves ampliando tu respiración. Aun sin abrir los ojos, escucha en tu cuerpo y en tu mente, cuáles son los ecos que ha dejado la meditación en ti. Si tal vez, hay algo que haya cambiado en tu forma de estar aquí y ahora.

 

Buen día y feliz práctica.

 

Sat Nam