· 

DÍA 1: TOMA DE CONCIENCIA

 

TOMA DE CONCIENCIA

 

Comenzamos el mes (y la sesión) haciendo una Toma de Conciencia.

 

Pero ¿qué es la toma de conciencia?

 

Hacemos una Toma de Conciencia al inicio de cada clase de yoga para pasar de fuera adentro, para poder dejar todo aquello que hemos ido acumulando durante el día, junto a los zapatos y que en la esterilla solo quede aquello que nos sirve para la práctica: Nosotros mismos.

 

Nuestro cuerpo siempre nos está hablando, ya sea a través de emociones o sensaciones, por eso es importante que aprendamos a escuchar sus mensajes.

 

Tomar conciencia de nuestro cuerpo nos permite estar en el aquí y en el ahora.

 

En el siguiente post viene explicado el ejercicio. Si lo haces por separado, puedes estar en él todo el tiempo que desees: alargar la escucha corporal o mantenerte en tu respiración más tiempo, tú decides.

 

Cuando lo hagas como parte de la sesión de yoga, y si esta tiene una duración aproximada de 90 minutos, con 5 o 10 minutos puede que sea suficiente.

 

Buen día y feliz práctica.

 

Om Shanti

 

 

ॐ Día 1: Práctica

 

Comenzamos en Savhasana, la postura de relajación o del cadáver. Para ello, nos tumbamos boca arriba en la esterilla, con las piernas separadas a la anchura de las caderas, con los pies cayendo hacia los lados relajados. Los brazos estirados a los lados del cuerpo con las palmas de las manos hacia arriba.

 

Toma conciencia de tu cuerpo en esta postura. Siente el apoyo de tu espalda contra la esterilla, cuáles son las parte del cuerpo que están en contacto con ella y cuáles son las que están en el aire.

 

Puede que la parte trasera de las rodillas, la curvatura lumbar y la curvatura cervical no estén apoyadas en el suelo. Presta atención a estas zonas, a si tal vez hay tensión en alguna de ellas o en otra zona de tu cuerpo.

 

Siente tu espalda, la forma que adopta la columna. Observa si hay tensión en tu cara y afloja la mandíbula, separando para ello ligeramente los labios. Trata de que la barbilla apunte ligeramente hacia el pecho. Presta atención también a tu suelo pélvico, nota si está relajado o si tal vez está tenso. Si no está relajado, relájalo.

 

Poco a poco, ves cediendo el peso de tu cuerpo a la tierra, entrégaselo libremente, deja que sea la tierra la que te sostenga.

 

Toma conciencia de cada una de las partes de tu cuerpo. Ves recorriendo mentalmente tu cuerpo, puedes empezar por los pies y seguir por: tobillos, piernas, rodillas, muslos, caderas, pelvis, abdomen, tórax, hombros, manos, antebrazos, codos, brazos, hombros de nuevo, cuello, cara, cabeza. Puedes detenerte en cada punto todo el tiempo que quieras. Pídele a cada parte de tu cuerpo que se relaje, que libere cualquier tensión que pudiera tener.

 

Presta atención ahora a tu respiración. Siente cómo respira tu cuerpo. Como al inhalar, al coger aire, el abdomen se hincha y las costillas se expanden. Cada vez que espires, siente como cada vez te vas hundiendo más y más en la tierra. Haz varias respiraciones prestando atención a la espiración, a cómo el cuerpo se relaja con cada expulsión del aire.

 

Cuando termines esta ronda de respiraciones conscientes, vuelve a prestar atención a los apoyos de tu cuerpo en el suelo. ¿Son los mismos que cuando has empezado? ¿O tal vez la superficie de apoyo de tu cuerpo es mayor que cuando le prestaste atención al comienzo?

 

Buen día y feliz práctica.

 

Sat Nam