ॐ Día 9: ROTACIÓN INFERIOR.
Al hacer cualquier movimiento, es importante que pensemos en cuáles son las partes de nuestra anatomía las que se van a ver involucrada en el mismo.
Las rotaciones tienen lugar a nivel de la columna vertebral, pero la capacidad de rotación varia en gran medida de una zona a otra de la columna.
Por ejemplo, en la columna lumbar hay muy poca capacidad de rotación, por lo que si forzamos un movimiento, queriendo ir más y más allá, la falta de giro de las vértebra lumbares, va a ser compensada por las vértebras dorsales, donde hay más capacidad de giro, pero sin embargo este se ve limitado por la caja torácica. Por eso es también importante haber trabajado antes los espacios respiratorios que sobre todo tienen lugar a nivel de la caja torácica.
Cuando rotamos, en los discos intervertebrales se produce un efecto como de ser “exprimidos”, por lo que la altura de los mismos disminuye.
Es importante que pongamos mucha conciencia en todos los movimientos que realicemos, pero tal vez las rotaciones, sean los movimientos en los que más debamos fijar nuestra atención.
* No intentes ir más allá de lo que tu cuerpo te permita en este momento. Acepta tus límites y respetalos.
Buen día y feliz práctica.
ॐ Om Shanti ॐ
ॐ Día 9: Práctica
ROTACIÓN INFERIOR.
Nos tumbamos en supino con las rodillas flexionadas y las plantas de los pies en apoyo. Los brazos estirados a los lados del cuerpo. Pueden estar un poco más abiertos hacia los lados, sin llegar a estar en cruz. Si lo necesitamos, también podemos ponerlos en cruz. Encuentra tu lugar. Las palmas de las manos pueden estar hacia arriba o bien hacia el suelo si necesitamos un punto de estabilidad al realizar las rotaciones.
1- Inspirando dejamos caer las rodillas hacia un lado, hasta donde nos permita nuestro cuerpo.
Espirando volvemos con las rodillas al centro.
Repetimos esta secuencia varias veces con la respiración. La última vez, nos quedamos con las rodillas hacia el lado, descansando en la postura.
Podemos colocar un cojín debajo de la rodilla para que el peso recaiga sobre él, si no llegamos al suelo con las rodillas.
Repetimos el ejercicio ahora hacia el otro lado.
2- Llevamos ahora las rodillas hacia el abdomen.
Inspirando llevamos las rodillas hacia un lado.
Espirando, si tenemos una musculatura abdominal que nos permita volver a llevar las rodilla hacia al centro, lo hacemos y repetimos el movimiento varias veces.
Si para volver al centro con las rodillas sentimos que tenemos que tirar de la zona lumbar, nos mantenemos en la rotación (apoyando las rodillas sobre un cojín si nos hace falta). Respiramos en la postura, sintiendo como nuestro cuerpo se va adaptando a ella.
Al terminar, volvemos con las rodillas al centro con cuidado, apoyamos las plantas de los pies en el suelo, estiramos las piernas relajadas, dejando que los pies caigan hacia los lados, también relajados. Los brazos a los lados del cuerpo, estirados con las palmas de las manos hacia arriba.
Nos sentimos en esta posición, sintiendo lo que la rotación ha suscitado en nosotros.
Buen día y feliz práctica.
ॐ Sat Nam ॐ