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DÍA 2. SHUNYA. VACÍO PULMONAR A FONDO.

 

ॐ Día 2: SHUNYA – VACÍO PULMONAR A FONDO. Notas

 

Shunya es un ejercicio de vacío, entendiendo el vacío como vacuidad, donde a través de la respiración, aprovecharnos para vaciarnos de todo aquello que ya no nos sirve.

 

Este ejercicio nos ayuda a preparar nuestra disposición psicofísica, ya que a la vez que preparamos las estructuras anatómicas de la respiración, nos liberamos de tensiones y resistencias psíquicas a través de la relajación del sistema nervioso.

 

Si prestamos atención a nuestra respiración, nos daremos cuenta de que al acabar el ejercicio, nuestra capacidad respiratoria ha aumentado.

 

Además con este ejercicio renovamos el aire residual de los pulmones, y el aire viciado es oxigenado a la vez que se relaja el sistema nervioso.

 

Es importante vaciarse, para poder llenar de nuevo ese vacío.

 

Explicamos el ejercicio en el siguiente post.

 

Si lo hacemos solo, podemos comenzar haciendo un chequeo de nuestro cuerpo en Savasana (postura del cadáver o de relajación), prestando atención a nuestro cuerpo y a nuestra respiración. Pasamos luego a hacer el ejercicio, 4 o 5 veces, más veces si queremos. Y entre una vez y otra podemos estar algo más de tiempo en la escucha corporal.

 

Si lo hacemos como parte de una sesión de yoga, repetiremos el ejercicio 3 veces y no estaremos demasiado tiempo entre repeticiones, el justo para que nos sintamos preparados.

 

Buen día y feliz práctica.

 

Om Shanti

 

 

ॐ Día 2: Práctica

 

SHUNYA – VACÍO PULMONAR A FONDO.

 

Nos colocamos en supino (boca arriba), con las rodillas flexionadas y las plantas de los pies en apoyo, separadas al ancho de caderas aproximadamente. La barbilla hacia el pecho, para evitar que la curvatura cervical este aumentada. Los brazos estirados a lo largo del cuerpo, con las palmas de las manos hacia el suelo.

 

Inspirando llevamos los brazos por el aire dibujando un semicírculo hasta llegar al suelo por encima de la cabeza. Al llegar aquí, juntamos los DORSOS DE LAS MANOS.

 

Espirando levantamos los brazos del suelo, llevándolos por delante de la cara SIN SEPARAR LOS DORSOS DE LAS MANOS. A partir de la vertical (cuando las manos están justo encima de la cara), vamos levantando la cabeza y el tronco ligeramente hasta que los dedos de las manos apuntan por encima de las rodillas. Aquí paramos y SEGUIMOS VACIANDO el aire de nuestros pulmones. Los dorsos siguen juntos.

 

No te olvides de seguir apuntando con la barbilla hacia el pecho para proteger la columna cervical. Si tienes problema cervicales, puedes hacer el ejercicio sujetando ligeramente la cabeza con las manos y si aun así no te sientes cómoda en el ejercicio, mejor no lo hagas; la salud es lo primero.

 

Cuando sintamos que ya no podemos vaciar más aire de nuestros pulmones, nos dejamos caer al suelo (con cuidado, sin hacernos daño) de tal modo que piernas y brazos quedan estirados, libres y relajados, el tronco y la cabeza en apoyo de nuevo sobre la esterilla.

 

Acogemos ahora el aire que viene libremente a llenar nuestros pulmones. Suspiramos, bostezamos, lo que necesitemos. Nos dejamos sentir en esta postura. Seguimos acogiendo el aire limpio y lleno de oxígeno que nos renueva.

 

Cuando nos sintamos preparados, flexionamos las rodillas, apoyamos las plantas de los pies en el suelo y nos preparamos para hacer el ejercicio de nuevo. Repetimos 3 veces.

 

Buen día y feliz práctica.

 

Sat Nam